viernes, enero 27, 2006

Camila Cortés III

Y bueno, aún no he podido encontrar una frase que me acomode, que me agrade para comenzar. Creo que no comenzaré de ninguna manera, no pondré siquiera una mayúscula, sólo escribiré y sin temor. ¿Se podrá hacer eso? ¿comenzar sin un comienzo?, partir del caos mismo, ¿existirá una cosa semejante?. En muchas partes, sobre todo en los antiguos griegos, he leído que el caos es el origen, que antes del universo y de todo lo que ello contiene era un puro caos, un desorden absoluto en donde nada tenía relación con nada. Puede que así sea. Lo ignoro por completo, y aunque evidentemente esas antiguas teorías han sido derribadas por pensadores posteriores, creo que no es tiempo de desechar ni de acumular, sino simplemente de ser. Bah!, estoy hablando como si mi empresa fuera a ser la gran cosa, como si mi creación fuera tan importante como la del mismísimo universo, ¿un poco arrogante no?. Pese a ese arrebato de arrogancia, es un fenómeno que me intriga el de la creación, pues ¿de dónde sale la obra?, es fácil decir que de uno mismo, sin embargo es una respuesta demasiado segura y fácil, y por lo mismo hay que dudar de ella. A veces tengo la impresión de que sale desde un fuera de mí, desde un espacio indefinido por completo que me rodea y envuelve, algo que me atraviesa y que produce un desbordamiento intolerable que hace imperativo hacer algo con eso. Qué es aquello a lo que me refiero, no tengo ni la más mínima idea, son sólo intuiciones vagas, como todo lo que he pensado y pienso. Nada preciso, nada sistemáticamente claro, nada con que pueda establecer alguna teoría más acabada, mis pensamientos tienen un límite, y cuando lo alcanzo, no puedo seguir más allá. Esa limitación me impele a seguir escudriñando en esas percepciones, sin llegar a alguna conclusión. A pesar de mi fracaso intelectual y de mis evidentes limitaciones, quedo satisfecha al por lo menos describir de la mejor manera posible lo que siento y lo que percibo, lo de adentro y lo de afuera, lo del costado y lo que está sobre mí, así podré algún día llegar a ideas mejor elaboradas.
Y aunque la creatividad es algo que me perturba constantemente, debo dejarla a un lado y actuar sometida a ese fenómeno tan curioso y poco claro para mí; nada tengo conciente respecto a ella. Y es en este punto en que se me ocurre que si fuera más “artista” probablemente no tendría estos dilemas, pero como sólo soy una aficionada, me es imposible captar de un modo claro y conciente el proceso porque no poseo el grado de sensibilidad, el don, la habilidad o como se quiera llamar, de vivir constantemente con esa masa de aire que se mueve alrededor de uno y que si bien muchas veces pesa, otras aligera el paso.

No hay comentarios.: