lunes, enero 23, 2006

Camila Cortés I

En muchas ocasiones al caminar por la ciudad, iba cantando canciones que en esos momentos significaban algo para mí. A veces mi voz sonaba un poco más fuerte de lo normal, y algunas personas que pasaban por mi lado me quedaban mirando extrañadas, en otras balbuceaba, y nuevamente los transeúntes me quedaban mirando. Claro, tal vez mi postura era muy evidente: espalda recta, mentón levantado y frente altiva. Una actitud que patentiza cualquier movimiento de los músculos faciales y que demostraba lo poco que me importaban esas miradas impertinentes que intentaban perturbar mi delicioso estado de ajenidad.
He tenido momentos de felicidad al estar conmigo misma. A veces llego a pensar que el bienestar no se produce por hechos o situaciones particulares, sino que justamente por un desprendimiento de esos hechos, por un desligue que se produce al estar en otro estado absolutamente imperturbable, una paz inviolable que te sitúa fuera de la contingencia, y que de un modo u otro te coloca en un espacio en donde sabes, y reconoces, que todo cambia. Tal vez estás dentro del mismo cambio, tal vez fuera de él. Qué metafísica andas hoy Camila.

[hora real: 12:57 pm]

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