Lo he limpiado todo....todo...cada rincón, cada espacio inviolable, cada objeto olvidado. He pasado ese feo extractor de mugre por doquier, revolví cada cofre, y extrañé los recuerdos.
Tantas cosas he botado por dios!, cuántas imágenes, cuántas palabras, cuántas personas que no se lo merecían...todo pasó al radical olvido...
No se resignaba ante tal pérdida de vida, buscó y rebuscó, abrío todos los cajones, miró dentro de cada recipiente, sus manos buscaban insaciablemente algún rastro, un mínimo rastro de lo que había sido su vida, de lo que había sido alguna vez. No encontraba nada. Su angustia superaba cualquier arrebato de nostalgia, por lo que se podría decir que si estaba buscando, era porque había una extraña necesidad en hacerlo. Sus ojos no se convencían...cómo no iba a encontrar nada?, en qué pensaba cuando botó tantas cosas?, en qué extraña idea estaba pensando cuando asesinó de esa manera?.... muchas preguntas para una mente tan pequeña.
Quiero encontrar, sé que algo debo haber guardado, no puede haber tanta indiferencia en este mundo, en mi mundo, en mi espacio, en mi vida.
¿Acaso han pasado tantas cosas y ni un rastro han dejado?, no puede ser así, me niego a pensarlo, esto no puede estar sucediendo. Es una broma. Deberé buscar más, seguramente encontraré algo...algo que me haga recordar y que me haga volver a pensar en lo que era y en lo que ahora no soy....algo encontraré, de eso no hay duda.
Un reencuentro, eso es lo que necesitaba, algo que la trajera de vuelta, alguna huella de lo pasado, algún pequeño trozo de su vida, algo que la asegurara de que había vivido y que estaba viva, una señal, un indicio de humanidad.
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