Hace tiempo que no escribo.
Claro, la hiperactividad, la época técnica, la instrumentalización de la esencia humana y esas cosas me han tenido absorbida hasta decir basta. Y aún no digo basta, y tampoco creo que lo haga, porque ayuda a olvidar. ¿Olvidar qué?, ni idea, pero ayuda.
Y resulta que hay personas que prefieren morir desangradas a que morir de un golpe certero. Eso, yo no lo entiendo. Son opciones, claro está... pero no lo entiendo.
Y me jode todo adentro.
Y no sé qué hacer, o qué debo hacer... la decisión se hace compleja y difícil de alcanzar en un mundo líquido, de cemento, en donde lo bueno se hace ininteligible frente a la multiplicidad. Y es que lo plural es lo que hace la decisión más díficil todavía, porque nada es absolutamente desechable, y todo aporta un bien, al menos relativo.
Pero yo soy weona, así que como tal, caigo donde no debo caer, escojo lo que no debo escoger, me meto con quién no debo, y hablo weas.